Podría parecer que
los términos compartir y competir fueran excluyentes el uno del otro, pero la
realidad nos demuestra que esto no es así.
Saber
competir es algo innato que desarrollamos
desde pequeños, pero para poder saber competir hay que tener en cuenta
algunos valores que son necesarios, ya que esto nos sirve para la vida laboral,
para el deporte, etc.
Ejemplo: en el deporte siempre
existe una competencia para poder lograr lo que todos queremos, que es ganar.
Compartir,
en cambio, también puede tener una vertiente negativa.
Compartir nos puede
llevar a algo malo, al fracaso, a cosas negativas que no solo nos afecta a
nosotros sino también a los que nos rodean. Por tanto debemos ser
responsables y coherentes con lo que hagamos para poder llegar hasta lo más
alto en nuestra vida laboral.
Ejemplo: cuando hacemos algo no debido solamente para
ganar.
Compartir supone
partir de un grado de autonomía previamente saber detectar necesidades y
qué hacer para solucionarlas.
Hay que saber compartir, trabajar en equipo ya que esto es bueno
para nosotros porque nos ayuda a asumir responsabilidades, y muchos
valores buenos.
Ejemplo: cuando en clases
nos ponen trabajos en grupo y lo logramos realizar.
En el ámbito
de las organizaciones, son frecuentes las negociaciones.
Que a la hora de querer ganar también debemos pensar en la otra
persona para así poder lograr las cosas que queremos pero sin hacerle
mal a nadie.
Ejemplo:
cuando tenemos algo para ayudar pero no lo hacemos sino que nos
quedamos con todo.
Las dos
características que definen nuestro entorno económico actual son la
incertidumbre y la complejidad.
Son como
dos virus que nos paralizan.
Cada
persona tiene habilidades diferentes pero eso no significa que los
tengamos que rechazar, sino que debemos aceptar a todos porque con
cosas diferentes se va creando algo grande ya que todos aportan algo.
Ejemplo: cuando en clases nos ponen a compartir con otro compañero y
los dos pensamos diferente entonces no hacemos nada.
Muchas veces, el liderazgo
marca de forma importante el modelo de comportamiento de una
organización.
En la
actualidad ya es difícil encontrar una persona que sea un líder realmente
porque este debe tener muchos valores y tiene que guiar a los demás
por buen camino, así que hay que saber elegir a un buen líder.
Ejemplo: el personero de la institución debe dar
buen ejemplo y ayudar a los estudiantes ya que esta persona se
convierte en un líder.
¿Por qué el liderazgo
compartido?
Si queremos lograr algo bueno debemos unir todas las
capacidades porque así cada uno aporta algo y se va creando una
gran idea.
Ejemplo: en los
trabajos en grupo que cada quien opina sobre su habilidad y así
se desarrolla bien porque cada uno hace lo mejor que puede.
Según mi experiencia, para lograr
esta armonía en una organización, hay seis aspectos que
hay que potenciar:
Vivir la vida al máximo
sin excedernos, debemos inspirar armonía y ser buenos con la
gente, hacer las cosas en su debido tiempo, siempre tener
presente nuestro futuro, disfrutar en los buenos momentos.
Ejemplo:
ayudar al que lo necesita y generar un buen ambiente ya
que así podremos vivir en paz.
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